¿Cuál es la mejor máquina para tampografía?
Bueno, ya anteriormente les habíamos comentado de una empresa a la que le maquilábamos y que por no querer asesorarse por nosotros (por autosuficiencia o por mala fe) hicieron una compra basada solo con la información del vendedor. La compra no fue mala porque en realidad máquinas de tampografía malas no hay, fue más bien una pésima decisión administrativa que provocó disgustos a sus clientes por la baja calidad de sus impresiones tampográficas. Hasta el tipo y tamaño de placas que puede utiliza la máquina es un factor que debe ser analizado.
El problema es que hicieron una compra excesivamente cara (máquina sobre valuada) y que además los engañaron al decirles que era una máquina especializada para los productos de esa empresa. En realidad, es una máquina de dos colores con un carrusel que vale la tercera parte de lo que pagaron por ella.
Si afirmamos que no hay máquinas tampográficas malas, tampoco hay alguna que podamos definir como la ideal. Todas tienen sus ventajas y desventajas. Tenemos que enfocarnos en que los trabajos de tampografía en su mayoría se usan para:
- estampar letras o caracteres
- para decorar con logos o dibujos
- para imprimír códigos.
Pensemos en esto: necesitamos de una máquina tampográfica que mantenga el mayor tiempo posible las condiciones en que las tintas fueron preparada por el operario, ya que este es un factor demasiado importante a la hora de imprimir.
Veamos un ejemplo. Un vendedor nos ofrece una máquina de tintero abierto de gran capacidad para la tinta y nos dice que imprime 1,600 unidades en una hora. En teoría, esta máquina nos permitirá tirajes más largos sin necesidad de cambiar tinta. Eso nos parece maravilloso porque podremos incrementar nuestra producción.
Pero recordemos que las tintas de tampografía se degradan al contacto con el medio ambiente (un factor muy importante en tampografía) y pierden sus características más rápidamente. Esto necesariamente influye en la forma en que la tinta llenará el huecograbado de nuestras placas de tampografía. Si la tinta se seca por la acción del medio ambiente, manchará la placa y los tampones de tampografía recogen fielmente lo que tenga tinta sobre la placa!
Entonces, para tomar una decisión más racional, debemos comprender como funcionan las diferentes máquinas existentes en el mercado.
Máquinas tampográficas manuales:
Estas fueron las precursoras de las actuales semiautomáticas. En los inicios de la tampografía, las carátulas de los relojes en Suiza fueron impresos de esa forma, ya que se buscaba reemplazar el decorado manual por uno automático y de calidad. Actualmente la única razón para comprar una de estas máquinas es quizá la intensión de usarla para la impresión de tirajes muy cortos (50 a 100 unidades), la falta de recursos económicos para adquirir una semi automática o bien, que se quiera como un complemento del negocio principal.
Sin embargo esta máquina tiene un valor residual que en ciertos momentos puede ser beneficioso: resulta muy práctica para hacer pruebas. Si alguien tiene una de éstas y le interesa, hace algunos días vimos una forma de convertir las máquinas manuales en semiautomáticas.
No sabemos si funciona bien o no, pero resulta interesante la creatividad de esta gente.
Máquinas tampográficas de tintero abierto:
Se supone que son las precursoras de las máquinas tampográficas semiautomáticas de los años 60 e inicios de los 70’s. El tintero esta colocado atrás de la placa o clisé y la recoge una espátula que cubre la placa de tinta. Antes que el tampón haga contacto con la placa, la tinta es barrida por una cuchilla (Doctor Blade).
Aún hoy día existen muchas máquinas de este tipo en el mercado y aunque han tenido modificaciones muy grandes (hasta controles computarizados) el problema sigue siendo el mismo: el control de las condiciones de la tinta sigue siendo problemático por los factores ambientales y atmosféricos.
Algunos fabricantes reducen la evaporación de los solventes de la tinta de tampografía cubriendo (por decirlo de alguna forma) el depósito de tinta e incluso bombeándole solvente. Se puede incluso tener otro depósito con tinta preparada para reemplazar al que ya no tenga las propiedades adecuadas; este es un procedimiento relativamente fácil y rápido, pero tiene la desventaja que el precio de un depósito extra es elevado.
Si se inclinan por una de estas máquinas de tampografía, observen que el brazo que sostiene la espátula y la cuchilla, sirva también para cubrir el depósito de tinta. Esto ayuda en algo a evitar la evaporación de la tinta.
Cuidados especiales: La forma de operar de este tipo de máquina es muy fuerte así que es bueno tener presente que puede ocurrir que los cojinetes se desgasten y provocar que la cuchilla no limpie bien la placa. Si la espátula no se limpia constantemente y se deja que la tinta se seque sobre ella, puede provocar atascos de la máquina. Así mismo, no hay que llenar demasiado el depósito de tinta. Y por supuesto, no olvidar que hay que estar constantemente vigilando la consistencia de la tinta.
Si tenemos la facilidad de invertir en máquinas tampográficas manuales y de tintero abierto, entonces ¿cual conviene más?
Una manual únicamente se justifica si se quiere para hacer pruebas o para un negocio pequeño y artesanal.