Las máquinas de tampografía de tintero cerrado, tienen un envase llamado tintero, en el cual se coloca la tinta y se mezcla con el retardante o el adelgazante. Luego de mezclada la tinta, el depósito se coloca invertido sobre la placa. La máquina tampográfica tiene unos soportes que sirven para sujetar las placas de tampografía para que queden firmes y que el movimiento del tintero no las mueva.
Al funcionar la máquina de tampografía, los soportes mueven el tintero sobre la placa con movimientos horizontales; uno de “ida” y otro de “vuelta” a su posición original. Estos movimientos tienen dos propósitos que son fundamentales en la operación de la máquina. El primer movimiento de “ida”, sirve para entintar la placa mientras el segundo movimiento de “vuelta” actúa como una cuchilla para eliminar el excedente de tinta sobre la placa, haciendo innecesario el uso de una cuchilla tipo Doctor Blade. Para darse una mejor idea de su funcionamiento veamos esto:
Aunque esto resulta muy útil, en realidad la mayor ventaja que representa el tintero cerrado es que evita la rápida evaporación de los solventes de la tinta y esto, a su vez, permite no solo un mejor control en las condiciones de nuestra tinta, sino que permite hacer trabajos durante un tiempo más prolongado sin la necesidad de estar reajustando la tinta o preparando nueva.
Pero ¿son solo ventajas la que tiene este tipo de máquina? Bueno, no es así. Al menos no es del todo cierto porque hay algunos aspectos a considerar cuando se quieren comprar máquinas de tampografía de tintero cerrado.
Es cierto que la tinta ya preparada dura más, pero igual se degrada con el paso del tiempo, así que siempre es necesaria su supervisión.
Hay que hacer pruebas para tener un estimado del número de impresiones tampográficas antes que se acabe la tinta del tintero, recordemos que la tinta no es eterna :(.
El clisé va en relación directa con el tamaño de tintero que se usará (en caso se tengan más de uno) y de los tampones, porque en su recorrido el tintero no debe salirse de la placa. Esto provocaría que la tinta se derramara y provocaría problemas con cualquiera de los tipos de tampones de tampografía que tengamos.
El valor de los tinteros es bastante alto. Aunque los hay de diferentes materiales (metal acerado, plástico con un borde de acero y las más costosas que tienen un borde de cerámica), esto puede resultar en un inconveniente si no se usan con precaución. Afortunadamente, dejar un tintero totalmente inservible resulta difícil, y los daños menores pueden ser arreglados simplemente lijando las partes dañadas.
Existen una gran variedad de este tipo de máquinas tampográficas, incluso hay unas donde el tampón gira hasta 180 grados y la placa está en posición vertical. Con el paso de los años se han ido mejorando, pero lo más importante y quizá la ventaja fundamental de las máquinas de tampografía de tintero cerrado, es que evita la emanación de los solventes libremente en la atmosfera, en el ambiente de trabajo y por lo tanto, protege más la salud del operario, nuestros trabajadores y nosotros mismos.
Curiosamente, está máquina tampográfica revolucionó hace algunos años la industria y muchos llegaron a considerarlas como las «máqinas perfectas», ignorando que desde los años 70´s las máquinas Schmid eran fabricadas con tintero cerrado.
Si se fabrica,en acero los tinteros cerrados,tengo entendido que la tinta a base de p.v.c.se adiere y causa fisuras o rayaduras al cliche.
No creo que la tinta provoque rayaduras en una placa de acero bajo condiciones normales de impresión. Tal vez podría dar problemas si la máquina se para por mucho tiempo para hacer ajustes, pero si se deja funcionando el paso del tintero impedirá que la tinta se seque sobre la placa.